El crecimiento de los niños en sus primeros años de vida es tan acelerado, que una diferencia de seis meses los pone en puntos de desarrollo diferentes. Por esa razón, la estimulación debe atender a sus necesidades, para fortalecer las capacidades innatas. No es suficiente con que los adultos brinden información al niño, sino que esta debe ser adecuada y temprana. Además, los especialistas recomiendan que se haga entre los 0 y 6 años, cuando sus conexiones cerebrales se están formando aceleradamente. Después de esta edad, su desarrollo dependerá de las herramientas que adquirió en sus primeros años. La fonoaudióloga Mónica Hurtado, especializada en desarrollo y patología del lenguaje y además directora de Tim Kinder Garden, asegura que un niño estimulado y feliz tiene sus necesidades básicas satisfechas de protección, seguridad, poder, libertad y diversión. Aunque la idea de alegría parecer ser inherente a la infancia, la especialista recomienda a los padres capacitarse en e...
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